El poder notarial como figura jurídica, es muy útil porque permite seguir teniendo control sobre el patrimonio o, en determinados casos, sobre uno mismo, sin la necesidad de estar presente. Esto quiere decir, que puedes estar de vacaciones y al mismo tiempo puedes comprar una casa, prestar una demanda judicial, construir una sociedad e incluso contraer matrimonio y es que dentro del ámbito de la representación son pocos los actos que no se pueden realizar.
Existen diferentes tipos de poderes y cada uno sirve para una situación en particular y limita el derecho sobre la representación de una persona, ya que, el contenido de cada poder y los límites de los mismos los otorga la persona que quiere dar un poder a otra:
- Poderes para pleitos: son necesarios cuando se está inmerso en un proceso judicial y gracias a estos poderes se puede dejar la responsabilidad de la representación jurídica ante un juez, para que recaiga sobre las manos de un procurador o un abogado.
- Poderes electorales: son los que permiten ejercer el derecho de votación sin poder estar presente a causa de una enfermedad física que impide el desplazamiento.
- Poderes Preventivos: con estos poderes designas a la persona encargada de gestionar un patrimonio cuando la persona dueña de ese patrimonio no pueda gestionarlo por sí mismo.
- Poderes matrimoniales: estos poderes permiten contraer matrimonio con una persona sin estar presente, aunque es recomendable identificar bien a la persona con la que se va a realizar el enlace matrimonial.
El poder debe contener detalles de la representación, presencia de testigos y datos completos de los implicados, entre otras recomendaciones que se deben tener en cuenta antes de otorgar un poder a otra persona. Consulta con nosotros y pide asesoría jurídica para prevenir problemas o dificultades con el proceso.
